Lectores, lectoras, gatos que sé
que por aquí pululan (les vigilo, tengo cámaras, no deberían olvidarlo), traigo
aquí conmigo la decimonovena edición de esta sección,directamente importada
desde mis noches navideñas y ferrolanas.
Disfruten:
-Todo aquel secretismo que tu mente contenía no fue más que el detonante de esta historia de pseudo-amor, ridícula y exasperante. Exasperante sí, tan exasperante como cada una de las voraces falacias que escupías por tu sucia boca. Tan exasperante como tú. Y ridículo también, como toda esa supremacía con la que paseabas tu esculpido y apolíneo cuerpo.
>>Era lo único que tenías y lo tiraste a la carretera como aquel que
apisona un ratón con furiosa fuerza. Tan ridículo y exasperante tú.
>>Quemar el recuerdo no es suficiente. Atropellarlo, cortarlo,
desgarrarlo, distorsionarlo con palabras llenas de frustración no va a servir.
Continuarás habiendo estropeado todo eso que tan bello parecía. Tan ridículo y
exasperante tú.
-¿Y tú qué "princesa"? Princesa de un castillo de naipes
cimentado en tu insidiosa nada. Alteza sin sangre, sin sentimiento real. Reina
de esta pantomima que se ha mantenido porque deseabas continuar sintiéndote
amada. Maldita tu enorme y lánguida belleza. Odiosa y ponzoñosa mujer, que no
has hecho más que ensuciar cada recuerdo de este "pseudo-amor ridículo y
exasperante" con calificativos como esos.
>>Pero a fin de cuentas con tanto cuento: ¿existió el amor que supusimos
que nos unía o simplemente habríamos de admitir que "ridículos y
exasperantes nosotros?"
Y esto es todo por esta noche. Creo. Supongo. Espero. No se olviden de dar amor a Morfeo, él les quiere.
Me encanta, sublime, quiero más, sería bueno fueras entrelazando las reflexiones igual sale un texto genial.
ResponderEliminarSaludos
Dudo mucho que saliese nada...
EliminarGracias!
Dios, es genial, es una especie de trabajo entre un dadaísta y un completo psicopata.
ResponderEliminar¡Perfecto!
Me encantan ese tipo de interpretaciones! Muchas gracias.
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