martes, 3 de diciembre de 2013

Reflexiones Tenebrosas y Flotantes (21) Brilla, brilla, pequeña estrella

Ver los fuegos artificiales acompañada por la soledad lleva a fijarse en nuevos detalles.

Un fuego se eleva. Cuando ya está alzándose la siguiente obra pirotécnica, la luz de la anterior no siempre se ha disipado.Quedan restos. Restos de una luz que un día fue y que ahora ya a nadie importa.

Restos de una acción que queda deslumbrada por una más reciente y no siempre mejor, de la que tan sólo queda recuerdo en el cerebro de quien la realizó.

Hay un tipo de fuego artificial en concreto del cual queda resto. El último. Aquel al que ya casi nadie mira por ser el menos brillante. Aquel al cual, los que restan, miran con desdén por no traer consigo una traca espléndida tras él. Aquel que es recordado por no haber estado a la altura.

Una obra humana más en la cual queda reflejada nuestra acción, nuestro ser, nuestra esencia. Funcionamos como fuegos artificiales.

Hay quienes estallan en múltiples colores, formas, sonidos, pero ellos son olvidados al lucir el siguiente.
También hay viejas memorias, aquel fuego artificial que vimos una vez y nunca olvidaremos. A veces nos estancamos en ellos, comparamos todos con ellos y no nos damos cuenta de que hay nuevas luces que atender en el camino: nuestra luz también hay que cuidarla.

Algunos quedan guardados en la caja, año tras año sin ser lanzados. Algunos alcanzan la mínima suerte de ser seleccionados para volar, pero el instante cumbre no llega. Tanto tiempo en la caja nos ha humedecido: ya no tenemos oportunidad de estallar. Nuestro derecho ha sido robado



 Pero nunca pensamos que quien explotó no vuelve a brillar.
Y en la caja hace calor.


viernes, 2 de agosto de 2013

Reflexiones Tenebrosas y Flotantes (20) ¿Qué sabes sobre Persona?

Vaya, ya veinte reflexiones... Creo que no sé contar hasta tanto. Anoche redacté un texto un tanto extraño y al final me di cuenta de que, sin ni siquiera haberlo pretendido le había dado forma de Reflexión Tenebrosa y Flotante.

Así que, adelante texto:

Compréndelo, persona. Apareciendo sólo me haces sufrir. Encuentro cosas que, tras una estresante noche de duermevela que viene y va, que sube y baja cual afanado ascensor, no son. ¿Qué digo? No serán.

Es tiempo de renovación. Y ésta consiste en realizar algo impensable... ¡Aceptar las realidades! Realidades. Terminado en s. Plural. Dícese de aquello que no queremos creer por enfrentarse a nuestros más intensos deseos. ¡A paseo los deseos si no se apellidan "de Esfuerzo Constante"!
Pero no nos equivoquemos, mi escrito es melancólico y nostálgico. Si alguien quiere encontrar motivación para dar alcance a sus deseos que compre un libro de autoayuda o se abra cuenta en Twitter.

Dejando esto a un lado, yo no poseo un real interés en aceptar las realidades porque no tengo realidades que aceptar. Las que tenía las acepté. Pero claro, señor Persona es una realidad compleja. Quizá inexistente. Veamos, ¿Persona es quien es sólo cuando aparece o, sin embargo, Persona es Persona se aparezca o no?
Oh, venga, ¿que yo os lío? Centráos. Iba por la duermevela.

Terminar, superar cada noche tras mil doscientos ochenta y dos despertares soñados, compuestos por un inmenso revolcón con el más despiadado Morfeo y ver, una vez más, que nada es... Es. ¿Qué es?

Persona no sabe nada. Persona no debe saber. El desconocimiento me da ventaja frente a las sombras que me presenta. Me dan miedo y aún nadie ha reflotado mi barca y, claro, yo no tengo arte con las manualidades. Yo dubijo, no dibujo. Ni siquiera poseo el arte del desdibujo y el desparpajo verbal. Mi mala letra vuelve locos a doctores y escribidores. Me llamarán Artista del Palabro.

¿Apreciará Persona mi arte?

Esto es todo. La grandeza de espíritu que sentí al terminar su redacción es inimaginable. Quiero decir, conseguí redactar todo esto a partir de una corta frase que escribí: la primera del texto. Y a partir de ahí conseguí, después de numerosos meses de sequía escritora (excepto una carta enviada a Ghostgirl, de Libros Para Jóvenes) redactar todo esto. Me siento plena.

Cuídense de la luz.

domingo, 27 de enero de 2013

Reflexiones Tenebrosas y Flotantes (19) Ridiculeces Exasperantes.


Lectores, lectoras, gatos que sé que por aquí pululan (les vigilo, tengo cámaras, no deberían olvidarlo), traigo aquí conmigo la decimonovena edición de esta sección,directamente importada desde mis noches navideñas y ferrolanas.

Disfruten:

-Todo aquel secretismo que tu mente contenía no fue más que el detonante de esta historia de pseudo-amor, ridícula y exasperante. Exasperante sí, tan exasperante como cada una de las voraces falacias que escupías por tu sucia boca. Tan exasperante como tú. Y ridículo también, como toda esa supremacía con la que paseabas tu esculpido y apolíneo cuerpo.
>>Era lo único que tenías y lo tiraste a la carretera como aquel que apisona un ratón con furiosa fuerza. Tan ridículo y exasperante tú.
>>Quemar el recuerdo no es suficiente. Atropellarlo, cortarlo, desgarrarlo, distorsionarlo con palabras llenas de frustración no va a servir. Continuarás habiendo estropeado todo eso que tan bello parecía. Tan ridículo y exasperante tú.


-¿Y tú qué "princesa"? Princesa de un castillo de naipes cimentado en tu insidiosa nada. Alteza sin sangre, sin sentimiento real. Reina de esta pantomima que se ha mantenido porque deseabas continuar sintiéndote amada. Maldita tu enorme y lánguida belleza. Odiosa y ponzoñosa mujer, que no has hecho más que ensuciar cada recuerdo de este "pseudo-amor ridículo y exasperante" con calificativos como esos.
>>Pero a fin de cuentas con tanto cuento: ¿existió el amor que supusimos que nos unía o simplemente habríamos de admitir que "ridículos y exasperantes nosotros?"


Y esto es todo por esta noche. Creo. Supongo. Espero. No se olviden de dar amor a Morfeo, él les quiere.

sábado, 12 de enero de 2013

Reflexiones Tenebrosas y Flotantes (18) ¿Locura?

Bien, bien, bien. Tengo por ahí un par de libros que reseñar. Hasta que me ponga a ello (lo haré, lo prometo), tendréis Reflexiones Tenebrosas y Flotantes para rato, estas navidades las he dedicado a recuperar un poco de inspiración (ramera despiadada...).
Pensando en qué publicar hoy se me vienen varios de los nuevos textos a la cabeza, pero como casualmente escribí una pequeña continuación de la anterior Reflexión he decidido que esa será la de hoy.
Comenzamos:

Mantengo mi locura encerrada entre cilíndricas paredes de cristal,  con tan sólo un tapón de corcho esculpido a medida para que no escape. 
Limpia, pura. Tamizada de toda aquella suciedad que en algún momento pudo haber inundado mi corazón, en la que algún momento navegase mi mente, sin restos de ese contacto turbio que por un tiempo me aportaste.
Sólo locura. Todo ese mundo que yo habité y nadie pudo jamás comprender. Repleto de asuntos banales y joyas con vida tan hermosas que ningún hombre podría llegar a crear. Personas que fueron tan importantes que ahora han desaparecido de mi sofá.
Y decidme, ¿no es así la realidad que vosotros percibís?
¿Qué es pues, ese líquido negro que sobre esa balda se encuentra almacenado?
Hablando un día con un compañero de fatigas llegué a una conclusión: la locura es el estado máximo de la cordura. Tan enorme es, que nadie es capaz de alcanzarla y han de clasificarla como un mal. 
Esa botellita contiene el saber que muchos desearían poseer. Pero no se me permite compartirlo. Me dicen que no es ético, que no puedo permitir que paguen un precio tan alto por una posesión tan pequeña. Pequeña dicen... Si ellos conociesen su poder. Todo lo que yo fui capaz de comprender... Esas predicciones que siempre se cumplían...
Pero tuvieron que obligarme a renunciar. Me encontraba en la cumbre y me tiraron al suelo desde tan alto.

Bastardos.
 
Señalar que la foto está tomada por mí, concretamente es un regalo que me hizo un amigo (@bifrut4s por mi cumpleaños. Apenas se nota que nos gusta Alicia en el País de las Maravillas...)
Y esto es todo por hoy, un domingo más me despido y me voy a cubrir con unas cuantas mantas, hace demasiado frío en estas tierras nórdicas. Disfruten de la noche.